EL INFIERNO DEL NORTE

Este domingo, 10 de abril de 2011 se disputará la prueba de un día más dura del calendario ciclista profesional: La París Roubaix. Si preguntáramos a los ciclistas por qué la corren, por qué muestran tal pasión por esta prueba, tanta predisposición a sufrir o a meterse un porrazo y echar a perder toda la temporada, la respuesta también seria unánime: Pasión. Pasión por imbuirse de misticismo, de sufrir gozando, de contar a los nietos que un día su abuelo llego al velódromo de Roubaix, justo al final del Infierno del Norte. Un infierno duro como ninguno, exigente hasta límites insospechados, en el que habita un diablo llamado pavé. Un diablo al que se odia como si fuera el peor enemigo de tu vida, pero admirado al mismo tiempo, porque el pavé, el diablo, el infierno, engancha. Y no te deja escapar.

Sus 260 kilómetros, en los que se incluyen una treintena antiguos caminos de labranza construidos a base de adoquines, a los que se suman el polvo o la lluvia en función de las condiciones climatológicas y multiplicados por las 115 ediciones que se han disputado han dejado algunas de las imágenes más impactantes de la historia del ciclismo.

1896: Los pioneros. Probablemente no se imaginaban la trascendencia que esta carrera alcanzaría en el mundo del ciclismo. La foto fue tomada el 5 de abril a las 5.30 a.m.

1936: Según las fotografías, parece claro que el ganador del sprint fue el corredor de la izquierda, pero los jueces no lo consieraron así, y el ganador se decidió mediante una carrera de caballos.

1967: La expresión de Jaques Cadiou deja clara su decepción tras doblar la rueda y perder las opciones de luchar por la victoria.

1970: a 31 kms de meta, Merckx ataca y sus rivales son incapaces de seguirle, llega a meta 5 minutos antes que el terceto que le persigue.

1977: Roger De Vlaeminck establece el record de victorias en la prueba al ganarla por cuarta vez. Apodado Monsieur Paris Roubaix, este ciclista belga terminó 9 veces entre los tres primeros de la clasificación. Hasta el momento, nadie ha podido superar estas gestas.

1988: Bob Roll se las ingenia para mantener el equilibrio en un charco de barro formado en un tramo adoquinado, en la misma edición, el suizo del KAS Alfred Achermann da con sus huesos en el suelo de Arenberg.

1993: Gilbert Duclos-Lasalle se impone con 39 años. Su bicicleta está equipada con una horquilla de suspensión de la marca Rock Shock.

1996: El equipo Mapei, el mejor de la historia en pruebas de un día, monopoliza el podium de la prueba.

1998: Tras una caía en el sector de “El Trouée d’Arenberg”, la rodilla izquierda de Johan Museeuw queda destrozada, los médicos no le aseguran su recuperación.

2000: Mismos protagonistas, en esta ocasión celebrando la victoria.

2001: Servais Knaven cruza la línea de meta en primera posición. Su cuerpo está completamente cubierto por una capa de barro.

2004: Dos especialistas del pavé, Museeuw y Pete van Petegem se consuelan mutuamente al cruzar la meta, en la última participación del triple ganador.

2006: El tubo une la horquilla y la potencia de la bicicleta de George Hincapié no soporta el traqueteo que sufre en el sector de “Mons-en-Pévèle”, lo que provoca la caída en la que el corredor americano se fracturó su clavícula. Así quedó la bicicleta.

Minutos más tarde de esta caída, acontece lo siguiente:

2010: Tras atacar lejos de de meta, Cancellara hace una exhibición de fuerza física y mental se produce solo una semana después de dar un recital en el kapelmuur del Tour de Flandes.

2011: ¿Será Flecha capaz de lograr el preciado adoquín? ¿ Cancellara arrasará? ¿Boonem igualará a su compatriota De Vlaeminck? ¿o algún joven insolente dará la sorpresa?... La respuesta este domingo.

Nos vemos pedaleando.