7 de julio de 2007
Solo a nosotros se nos ocurre ir a subir al Trigaza en pleno julio, y como no nos gusta mucho madrugar, pues quedamos tal que a las 10 de la mañana, de modo que entre que llegamos a Santa Cruz de Valle Urbión y montamos las bicis, empezamos la ruta a las 11,15 h, y a esa hora ya se notaba que no íbamos a pasar frío. Subiendo la cuesta de Valmala, ya se ven los primeros goterones de sudor cayendo al cuadro, y eso que no llevábamos más de 5 kms... Las sombras de los primeros kilómetros de ascensión por el bosque hacian que la sensación de calor no fuese tan agobiante, pero eso de que no corriese ni una gota de aire hacia la subida mucho más dificil de lo que ya es. Javi se quedó sin agua en el bidón y las fuentes por allí brillan por su ausencia. En mi camelbak todavía había líquido y digo líquido porque el agua se había transformado en sopa.
Javi echó pie a tierra a falta de 4 kms para coronar, justo en donde se encuentran las antenas. Así, seguí mi ascensión, pero no estaba solo, no exagero si en algún momento llegó a haber sobre mi manillar 8 ó 10 moscas, más las que se posaban en los brazos y cara y que intentaba quitarme de medio como podía, finalmente, a falta de menos de 2 kms, mi corazón dijo basta, y también tuve que echar pie a tierra, llegué hasta arriba empujando la bici para conocer el terreno para la próxima ocasión, ya que al no haber completado la ascensión montado, quedaba en la "bandeja de asuntos pendientes de resolver".
Vuelta al coche por la misma pista de subida y comida en Pradoluengo en torno a las 16 h. con una ridícula media de 12 km/h
Aquí os dejo un link en el que se habla de las características de esta ascensión, e incluye fotos. Lamentablemente, aquel día no llevé mi cámara y solo pude hacer esta foto con el móvil, la verdad me llamó mucho la atención:
Solo a nosotros se nos ocurre ir a subir al Trigaza en pleno julio, y como no nos gusta mucho madrugar, pues quedamos tal que a las 10 de la mañana, de modo que entre que llegamos a Santa Cruz de Valle Urbión y montamos las bicis, empezamos la ruta a las 11,15 h, y a esa hora ya se notaba que no íbamos a pasar frío. Subiendo la cuesta de Valmala, ya se ven los primeros goterones de sudor cayendo al cuadro, y eso que no llevábamos más de 5 kms... Las sombras de los primeros kilómetros de ascensión por el bosque hacian que la sensación de calor no fuese tan agobiante, pero eso de que no corriese ni una gota de aire hacia la subida mucho más dificil de lo que ya es. Javi se quedó sin agua en el bidón y las fuentes por allí brillan por su ausencia. En mi camelbak todavía había líquido y digo líquido porque el agua se había transformado en sopa.
Javi echó pie a tierra a falta de 4 kms para coronar, justo en donde se encuentran las antenas. Así, seguí mi ascensión, pero no estaba solo, no exagero si en algún momento llegó a haber sobre mi manillar 8 ó 10 moscas, más las que se posaban en los brazos y cara y que intentaba quitarme de medio como podía, finalmente, a falta de menos de 2 kms, mi corazón dijo basta, y también tuve que echar pie a tierra, llegué hasta arriba empujando la bici para conocer el terreno para la próxima ocasión, ya que al no haber completado la ascensión montado, quedaba en la "bandeja de asuntos pendientes de resolver".
Vuelta al coche por la misma pista de subida y comida en Pradoluengo en torno a las 16 h. con una ridícula media de 12 km/h
Aquí os dejo un link en el que se habla de las características de esta ascensión, e incluye fotos. Lamentablemente, aquel día no llevé mi cámara y solo pude hacer esta foto con el móvil, la verdad me llamó mucho la atención:
Nos vemos pedaleando.
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